sábado, 21 de febrero de 2015

"No debemos tener miedo a caer por insoportable que sea la cruz"

Concurrida asistencia al Vía Crucis del primer viernes de Cuaresma en Santuario de Schoenstatt de Juana Díaz

 La cita era a las seis de la tarde justo donde comienza la empinada calle que conduce al Santuario de Schoenstatt de Juana Díaz. Minutos antes los convocados, peregrinos y miembros de la Familia, hicieron acto de presencia para iniciar así el recorrido del Vía Crucis que marcó el segundo encuentro cuaresmal en nuestro santuario, después del Miércoles de Ceniza. 
Allí, todos oramos: "Padre, junto a María, nuestra Madre, quiero acompañar al Redentor del mundo y, en su lucha a muerte ver esos poderes que actúan en todos los sucesos de la historia. Ayúdame con su Esposa, la Gran Señal, a ofrecerle como instrumento mis débiles manos a Él , el Señor, a quien, por Amor a nosotros constituiste para enjuiciar a Satanás.
Me veo situado entre esos grandes poderes que se proscriben mutuamente en una eterna lucha, y, con entera libertad, una vez más me decido por Cristo ahora y para siempre.
Concédeme abrazar con el Señor alegremente la cruz e ir por los caminos de la Inscriptio sin vacilación, para que como esposa me asemeje al Esposo, y como instrumento sea fecundo para su Reino de Schoenstatt. Te imploro, Señora Tres Veces Admirable, contemplar la profundidad del corazón de Cristo y, en medio de un mar agitado por el odio,  acompañarlo con el ardiente fuego de tu amor. AMĖN".
Fue una secuencia que llevó a los penitentes a reflexionar sobre la razón de ser de la Cruz, del sacrificio de Jesús.
La primera estación "Jesús es condenado a muerte" nos recordó que: "Satanás, a través de sus esbirros, te ha condenado a muerte contra todo derecho; a ti,Señor, que eres, desde la eternidad la Verdad, la Justicia, el Amor y la Vida. Con soberana libertad y en silencio aceptas como voluntad del Padre tu sentencia de muerte, eres tan desprendido de ti mismo y tan íntegramente libre, que estás dispuesto a seguir solo lo que es del Padre. Pilato, el Sumo Sacerdote y las masas culpablemente te abandonan a Ti, Luz del mundo, y te vuelven a menudo a condenar a muerte entre gritos estridentes, con odio y con desprecio. Cada vez que vulneré la verdad, la justicia o el amor, o por cobardía contravine tus deseos, entonces, junto a tus verdugos, me aparté de ti y privé de tu amor a la tierra de Schoenstatt. Junto con tu Esposa, que contigo sobrelleva los pesares, quiero morir a todos mis egoísmos. Con alegría hago renuncia total también de mi honor y de mis derechos; a todo renuncio si el Padre así lo pide". 
Sobre el mensaje de esa primera estación, el Padre Hilario José Gutiérrez, Rector del Santuario, predicó durante la Santa Misa que "Jesús tuvo que hablar mucho y recalcarle a sus discípulos que él tenía que padecer mucho, que tenía que ser rechazado por los sumos sacerdotes y los letrados y finalmente morir clavado en una cruz". "Los discípulos no podían asimilar esa declaración de Jesús por lo mismo que nos sucede a nosotros: le tenemos terriblemente miedo a lo que es el sufrimiento y el dolor", dijo P Hilario. 
Más adelante preguntó: Por qué Jesucristo murió clavado en la cruz? Y ahí mismo respondió: por Amor a nosotros.  
"Es por esto que después el Apostol Pablo nos dirá que 'Jesucristo a pesar de su condición divina nunca hizo alarde de su categoría de Dios. Por el contrario, se rebajó y tomó la condición de esclavo pasando por uno de tantos".
En su reflexión, el Padre Hilario José recordó el mensaje cuaresmal del Papa Francisco, quien  instó a escuchar "el grito de los profetas" que "levantan su voz" y despiertan a la sociedad.  
"Cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: 'yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien'", expresó el Santo Padre y sostuvo que esa actitud egoísta ha alcanzado actualmente una dimensión mundial, hasta el punto de poder hablar de una "globalización de la indiferencia", un malestar que deben afrontar los cristianos.   
De acuerdo con el Papa, la Iglesia no debe quedarse replegada en sí misma, dar la espalda a los sufrimientos del mundo y "gozar en solitario", sino que debe hacerse cargo de sus miembros más débiles, pobres y pequeños.
El Padre Hilario, por su parte, también enfatizó que la sentencia de muerte de Cristo aún no ha terminado, pues como él, en la actualidad, muchos inocentes son condenados a muerte y a otros se le priva del derecho a vivir. "Pero, desde la Cruz Jesús le pide al Padre 'perdónales porque no saben lo que hacen".  
"Así, la vigencia de la Cruz está presente en nuestros días y la invitación de Cristo es 'el que quiera venir conmigo que tome su cruz de cada día y me siga'. No es una cruz para clavarla y quedarnos estáticos. Es una cruz que debemos tomarla y llevarla no importa que su peso nos lleve a probar el polvo de la tierra", puntualizó el sacerdote schonstattiano. 
A renglón seguido aconsejó no tener miedo a caer por insoportable que sea la cruz. "Cristo cayó tres veces y se levantó, pero nosotros somos demasiado orgullosos para que nos vean aplastados por nuestra propia cruz. No queremos luchar, tenemos miedo al fracaso", subrayó el religioso. 
El P. Hilario José en su alocución acentuó sobre la importancia del ayuno en la vida del cristiano. "El ayuno parece que ha entrado en la dinámica del 'hobby'. Ayunamos por 'hobby' y nos olvidamos del sentido profundo que tiene el ayunar", destacó.



miércoles, 18 de febrero de 2015

"El Señor no se cansa de tener misericordia de nosotros", dice el Papa al inicio de la Cuaresma

Invita a los sacerdotes a pedir a Dios "el don de las lágrimas"

El Papa Francisco caminó este miércoles en procesión desde la Iglesia de San Anselmo a la basílica de Santa Sabina, en la colina romana del Aventino, donde comenzó posteriormente la misa de Miércoles de Ceniza, actos con los que abre los ritos litúrgicos de la Cuaresma.
Los actos comenzaron con la procesión a pie, en la que participó el papa ataviado con una capa pluvial morada, color que indica preparación espiritual ante la llegada de la Semana Santa.
Durante la procesión, en la que se pronunciaron letanías, Francisco estuvoacompañado por los cardenales de la Curia romana, obispos y arzobispos, los monjes benedictinos de San Anselmo y los padres dominicos de Santa Sabina, además de algunos fieles.
Ya en la basílica de Santa Sabina, en el monte romano del Aventino, el papa comenzó la ceremonia que incluyó la imposición de las cenizas.
TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA DEL PAPA
Como pueblo de Dios hoy comenzamos el camino de la Cuaresma, un tiempo en el que tratamos de unirnos más estrechamente al Señor Jesucristo, para compartir el misterio de su pasión y resurrección.
La liturgia del miércoles de Ceniza nos propone ante todo el pasaje del profeta Joel, enviado por Dios para llamar a la gente al arrepentimiento y a la conversión, a causa de una calamidad (una invasión de langostas) que devasta Judea. Sólo el Señor puede salvar del flagelo y por lo tanto es necesario suplicarle con oraciones y ayunos, confesando el propio pecado.
El profeta insiste en la conversión interior: «Vuelvan a mí de todo corazón» (2:12). Regresar al Señor "con todo el corazón" significa emprender el camino de una conversión no superficial y transitoria, sino un itinerario espiritual que tiene que ver con el lugar más íntimo de nuestra persona. El corazón, de hecho, es el centro de nuestros sentimientos, el centro en el que maduran nuestras decisiones, nuestras actitudes.
Aquel "vuelvan a mí de todo corazón" no implica sólo el individuo, sino que se extiende a la entera comunidad, es una convocación dirigida a todos: « ¡reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial!» (v. 16).
El profeta se detiene en particular en las oraciones de los sacerdotes, haciendo observar que debe estar acompañada de lágrimas. Nos hará bien pedir, al comienzo de esta Cuaresma, el don de las lágrimas, para hacer así nuestra oración y nuestro camino de conversión siempre más auténticos y sin hipocresía.
 
Justamente éste es el mensaje del Evangelio de hoy. En el pasaje de Mateo, Jesús vuelve a leer las tres obras de piedad previstas por la ley mosaica: la limosna, la oración y el ayuno. Con el tiempo, estas disposiciones se habían corroído por la herrumbre del formalismo exterior, o incluso habían mutado en un signo de superioridad social. Jesús pone en evidencia una tentación común en estas tres obras, que se pueden resumir en la hipocresía (la cita tres veces): «Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos... cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas... Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas... a ellos les gusta orar de pie... para ser vistos... Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas» (Mt 6,1.2.5.16).
Cuando se cumple algo bueno, casi instintivamente nace en nosotros el deseo de ser estimados y admirados por esta buena acción, para obtener una satisfacción. Jesús nos invita a cumplir estas obras sin ostentación alguna, y a confiar sólo en la recompensa del Padre «que ve en lo secreto» (Mt 6,4.6.18).
Queridos hermanos y hermanas, el Señor no se cansa jamás de tener misericordia de nosotros, y quiere ofrecernos una vez más su perdón, invitándonos a volver a Él con un corazón nuevo, purificado del mal, para tomar parte de su gozo. ¿Cómo acoger esta invitación? Nos lo sugiere San Pablo en la segunda lectura de hoy: «les suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios» (2 Cor 5:20). Este esfuerzo de conversión no es sólo una obra humana. La reconciliación entre nosotros y Dios es posible gracias a la misericordia del Padre que, por amor a nosotros, no dudó en sacrificar a su Hijo unigénito. De hecho, el Cristo, que era justo y sin pecado, fue hecho pecado por nosotros (v. 21) cuando sobre la cruz cargó con nuestros pecados, y así nos rescató y redimió ante Dios. «En Él», nosotros podemos volvernos justos, en Él podemos cambiar, si acogemos la gracia de Dios y no dejamos pasar en vano el «momento favorable» (6,2).
Con esta conciencia, iniciamos confiados y gozosos el itinerario cuaresmal. Que María Inmaculada sostenga nuestra lucha espiritual contra el pecado, nos acompañe en este momento favorable, para que podamos llegar a cantar juntos la alegría de la victoria en la Pascua de Resurrección.
Dentro de poco cumpliremos el gesto de la imposición de las cenizas en la cabeza. El celebrante pronuncia estas palabras: «eres polvo y al polvo volverás» (Gen 3:19), o también repite la exhortación de Jesús: « Conviértanse y crean en la Buena Noticia» (Mc 1,15). Ambas fórmulas constituyen un llamado a la verdad de la existencia humana: somos criaturas limitadas, pecadores siempre necesitados de arrepentimiento y conversión. ¡Cuán importante es para escuchar y acoger este llamado en nuestro tiempo! La invitación a la conversión es entonces un impulso a regresar, como hizo el hijo de la parábola, entre los brazos de Dios, Padre tierno y misericordioso, a confiarnos de Él y a confiarnos a Él.
(Fuente; Religión Digital)

Papa Francisco: Hermano, hermana; palabras que ama el cristianismo (Catequesis)

En el curso de las catequesis dedicadas a la familia y después de haber reflexionado sobre la figura de la madre, del padre y de los hijos, el Papa habló hoy de los hermanos. "Hermano", "hermana" -dijo- son palabras que el cristianismo ama. Y, gracias a la familia, son palabras que todas las culturas y todas las edades comprenden''.

Los lazos fraternos son muy importantes en la historia del pueblo de Dios y muy elogiados en el Antiguo Testamento. Su ruptura, sin embargo, recordó el Pontífice, abre un abismo profundo en el hombre y la pregunta de Dios a Caín: ''¿Dónde está tu hermano?'', no cesa de resonar a lo largo de la historia. ''Y, por desgracia -exclamó - en cada generación, no cesa de repetirse la dramática respuesta de Caín: " No lo sé. ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?''. 
La ruptura del vínculo entre los hermanos afea a la humanidad. ¡Cuántos hermanos en las familias se enfadan por nimiedades, por una herencia y ya no se hablan ni se saludan. ¡Que pena!...Si pensamos que han estado en el seno de la misma madre …. Todos conocemos familias donde los hermanos no se tratan. Pidamos al Señor por ellas... para que las ayude a reunir a los hermanos y a reconstruir las familias... Y en nuestras oraciones tengamos siempre presentes a los hermanos divididos''.

El vínculo de fraternidad que se crea entre los hijos de una familia, cuando hay un clima de educación de apertura a los demás, es ''la gran escuela de la libertad y la paz''. ''Tal vez no siempre somos conscientes, pero la familia es la que introduce la fraternidad en el mundo'', señaló el Papa, subrayando que a partir de esa primera experiencia ''ésta se irradia como una promesa en la sociedad y en las relaciones entre los pueblos. 
Y la bendición que Dios, en Jesucristo, derrama sobre este vínculo de fraternidad lo dilata de una manera inimaginable, permitiendo que supere todas las diferencias de nación, lengua, cultura e incluso de religión''.

''Pensad -añadió- en lo que se convierte ese lazo entre las personas, aunque sean muy diferentes entre sí, cuando pueden decir de otro: "¡Es como un hermano, es como una hermana para mí"! La historia ha demostrado suficientemente, por otra parte, que la libertad y la igualdad, sin la fraternidad, pueden convertirse en individualismo, en conformismo y también en interés personal''.

La fraternidad en la familia brilla sobre todo ''cuando vemos el cuidado, la paciencia, el cariño que rodean al hermano o hermana más débil, enfermo o discapacitado. 
''Tener un hermano, una hermana que te quiere -reiteró- es una experiencia fuerte, impagable, insustituible. Y lo mismo pasa con la fraternidad cristiana. Los más pequeños, los débiles, los pobres deben enternecernos: Tienen "derecho" a robarnos el alma y el corazón. Sí, son nuestros hermanos y cómo tales debemos amarlos y tratarlos . Cuando esto sucede, cuando los pobres son como de casa, nuestra fraternidad cristiana se reaviva. Los cristianos, de hecho, salen al encuentro de los pobres y los débiles no para obedecer un programa ideológico, sino porque la palabra y el ejemplo del Señor nos dicen que son nuestros hermanos. Este es el principio del amor de Dios y de toda justicia entre los hombres''.

''Y ahora -improvisó- os sugiero que en silencio, cada uno de nosotros, pensemos en nuestros hermanos y hermanas y recemos por ellos''. Y después de que toda la Plaza de San Pedro permaneciese en silencio unos minutos, Francisco dijo: ''Con esta oración les hemos traído a todos aquí para recibir la bendición''.

''Hoy más que nunca -acabó- es necesario volver a llevar la fraternidad al seno de nuestra sociedad tecnocrática y burocrática: entonces también la libertad y la igualdad tomarán su entonación correcta. Por lo tanto, no privemos a la ligera a nuestras familias, por temor o por miedo, de la belleza de una experiencia fraterna amplia ... Y no perdamos nuestra confianza en la amplitud de horizonte que la fe es capaz de dar de esta experiencia, iluminada por la bendición de Dios''.
(Fuente: VIS)







martes, 17 de febrero de 2015

Cuaresma: ¡ceniza y agua de pies a cabeza!

El camino a recorrer es, en apariencia, cortísimo, como de unos dos metros. Pero es, en realidad, largo y laborioso. Se trata de partir desde la propia cabeza para terminar a los pies de los demás. Para completar semejante recorrido no alcanzan los cuarenta días que van de un miércoles de ceniza a un jueves santo. Se necesita toda una vida, de la cual la Cuaresma no es otra cosa que una representación a escala.
Arrepentimiento y servicio. Las dos grandes homilías que la Madre Iglesia encomienda a la ceniza y al agua, más que a las palabras que les harán compañía. No hay creyente que no se vea seducido por la fascinación de estos dos homilías. Todas las demás, por sublimes que sean los púlpitos que las pronuncien, se olvidan. Estas no se olvidan por que hablan a través de símbolos,  lenguaje que no se sustituye tan fácilmente.
Resulta difícil sustraerse al impacto de esa ceniza. Aunque levísima, golpea sobre nuestras cabezas con la violencia de una fuerte granizada,  transformando en martillazo aquella requisitoria,-  al fin y al cabo, la única que cuenta -, "¡conviértete y cree en el Evangelio!"  Lástima que no todos seguimos las indicaciones de la Madre Iglesia que pide que la ceniza provenga de los ramos de olivo bendecidos el anterior domingo de Ramos.  
Nuestra madre lo pide desde su sabiduría forjada a través de siglos; el objetivo es el de lograr se hagan concretos los caminos de conversión a recorrer, en el compromiso por la paz y la justicia, en la aceptación de Cristo como único Señor que al entrar en nuestras vidas despierta la nostalgia de entrar,- ¡con, por y en él -,  en Jerusalén, la ciudad de Dios....
De todos modos, aquel  "champú a la ceniza", permanece indeleble en nosotros, mucho más allá de la mañana siguiente en la que descubres sobre tu almohada unas manchas negras que por un segundo despiertan la sospecha de que la costra de tus pecados ha empezado a desprenderse...
Lo mismo podemos afirmar del agua derramada sobre nuestros pies, también ella permanece indeleble. Es la homilía más antigua para muchos. De niños la hemos "escuchado con los ojos", cuando asombrados, nos abríamos paso para llegar hasta la primera fila y desde allí espiar de cerquita las emociones de los doce elegidos. Un sermón, el del jueves santo, constituido por doce frases idénticas, nada monótonas. Ricas en ternura, aunque articulada cada una de igual manera. Sin retórica alguna, repitiendo, una y otra vez, el mismo ritual: el ofertorio de un pie,  la jarra que se inclina sobre él, el aletear de una toalla,  todo sellado con un beso.
Extraña homilía, pronunciada sin palabras, de rodillas ante doce representantes de la fragilidad y la pobreza humanas. ¡Extraño espectáculo el de un cura, obispo, o Papa, al que nuestra memoria sólo recordaba haber visto arrodillado ante hostias consagradas!
¿Ilusión, espejismo? ¿Error provocado por el cansancio o símbolo a favor de quienes velan, esperando contra toda esperanza, mirando al Resucitado,  atisbando a Cristo Jesús? ¿Apenas una paradoja más en un jueves santo ya lleno de paradojas o protocolo a cumplir escrupulosamente día a día? 
Emprendamos el viaje, la aventura de la cuarentena pascual, puente colgante, suspendido entre las orillas de la ceniza y el agua. La ceniza queme nuestras cabezas como si acabara de surgir del cráter de un  volcán.   Para apagar semejante quemazón pongámonos rápidamente a buscar el agüita a derramar... sobre los pies de los demás.
Arrepentimiento y servicio: medios obligados sobre los cuales deslizarse en el camino de pródigos retornando a casa.
Ceniza y agua, ingredientes primordiales de toda muda de ropa que fuera a ser lavada en tiempos de nuestras bisabuelas, antes que los artificios humanos crearan jabones y detergentes "mágicos" . Pero, sobre todo, ingredientes primordiales de toda conversión plena,- ¡de la cabeza a los pies! -, que suspira por el gratuito y vivificante don de la Pascua.
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lunes, 16 de febrero de 2015

Compromiso con el matrimonio y la familia

"Todo lo que Uds. logren en beneficio de la familia, mostrará su eficacia más allá de ella, obrará en muchos hombres y al interior de la sociedad. El futuro del mundo y de la Iglesia pasa por la familia" (Juan Pablo II al Movimiento de Schoenstatt)

El trabajo con los matrimonios y las familias - célula germinal de la sociedad - es lo esencial para el Movimiento de Schoenstatt. Diversas iniciativas respaldan y vigorizan las relaciones familiares, en ellas se fortalece cada ser humano y también el conjunto de la sociedad.

En las comunidades familiares de Schoenstatt se desarrollan regularmente seminarios, retiros y diversos encuentros con temas referentes a la educación y el matrimonio. Igualmente se generan espacios que ayuden a cimentar y cultivar las relaciones familiares. Todo esto se complementa con libros, revistas y páginas de Internet (escritos, audiovisuales y testimonios) con temas sobre el matrimonio y la familia.

Matrimonio - una vocación

En Schoenstatt el tiempo previo al matrimonio se inicia con el trabajo de la Juventud. Los jóvenes se ocupan intensamente con temas como descubrimiento y aceptación de sí mismo, identificación del ser (varón o mujer), sexualidad, relaciones y vínculos, y responsabilidad social. Aquí está lo central de Schoenstatt, en el campo de la formación: fortalecer el desarrollo hacia una personalidad madura, que vive con responsabilidad sus relaciones con el mundo que lo rodea. En definitiva se trata de llegar a descubrir, cultivar y formar el matrimonio como una vocación de vida.
La intención es fortalecer el matrimonio y la familia, por medio de la formación de expertos en cuestiones familiares que realizan diversos diplomados schoenstattianos, donde se capacita a los matrimonios para trabajar competentemente en su entorno a fin de revitalizar a las familias.
Los "fortalecimientos matrimoniales", la "Jornadas de a dos", las "charlas hogareñas", las fiestas, misas y peregrinaciones familiares, como también los cursos sobre pedagogía matrimonial y familiar, son medios probados para el fortalecimiento conyugal y familiar. Mediante la "pastoral de la esperanza", la Obra Familiar de Schoenstatt en el Paraguay ofrece acompañamiento y apoyo a los divorciados en segunda unión.

Las misiones familiares

Las misiones familiares tienen un especial atractivo: en ellas se misionan justamente como familia. Se elige el lugar, generalmente un pueblo no muy grande y necesitado. El grupo misionero está constituido por familias: entre 8 y 10 matrimonios con sus hijos y amigos de sus hijos. Esto supone en la práctica que son entre 70 y 90 personas. ¿Dónde radica lo particular de la experiencia?
En que la familia se hace misionera. Padres e hijos trabajan juntos al servicio del Evangelio y de sus hermanos más necesitados.
Naturalmente, el impacto de estas misiones es doble: tanto en las familias que misionan como en el pueblo. Padres e hijos se conocen en un ámbito nunca experimentado: el de evangelizadores, el de servidores de sus hermanos. Esto revela muchas fuerzas ocultas en el matrimonio, en los hijos y en toda la familia. Se trata de una verdadera experiencia "pneumática", la fuerza y el poder de amor del Espíritu actuando en y desde la alianza de amor matrimonial y el amor familiar. Para los lugares misionados también es un impacto, se trata de una experiencia inédita: familias misioneras. Para muchos hogares debilitados, con problemas diversos, ver a padres e hijos trabajar juntos en un servicio de amor les trae una renovación y una esperanza futura.

La Campaña de la Virgen Peregrina al servicio de las familias

La Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina quiere alcanzar a todos los hombres y mujeres, de un modo especial a las familias, para hacer de sus hogares Santuarios, donde María pueda educar y evangelizar. Don João Pozzobon se dirigió con preferencia a los niños, a los más pobres, y quería que la Campaña sirviera "para la salvación de las familias" (Testamento). Aquí hay un acento pastoral estratégico de la Campaña.


domingo, 15 de febrero de 2015

“Bendice también, Señor, a mis enemigos”

 "Bendice también, Señor, a mis enemigos". Repentinamente a la gente que estaba haciendo fila ante el mostrador de la oficina postal le llamó la atención una conversación sobre heridas y reconciliación, rivalidades en el trabajo y en la familia, y en la fuerza que se requiere para que, cuando pensamos en alguien que ha sido injusto con nosotros o nos ha hecho daño, no hablemos mal de esa persona o algo peor. "Deme diez más", dijo la joven mujer que había iniciado la conversación, "Nunca había visto una estampilla así". Detrás de ella alguien comentó: "Creo que pondré una en mi escritorio". "Bendice también, Señor, a mis enemigos". Esta semana salió a la circulación la estampilla especial conmemorativa de los 100 años del natalicio del P. Karl Leisner. La gente se conmueve con la sencillez y la fuerza de la última entrada, el 25 de julio de 1945, del diario de este joven originario del Bajo Rin que murió de tuberculosis poco después de ser liberado del campo de concentración de Dachau: "Bendice también, Señor, a mis enemigos". El centenario de su natalicio se celebrará el 28 de febrero de 2015.
Los artistas gráficos, profesores Daniela Hauf y Detlef Fiedler, de Berlín, diseñaron la estampilla especial que cuesta 62 centavos. Ha estado a la venta desde el 5 de febrero de 2015 y será presentada oficialmente el 9 de febrero a mediodía en el salón del Seminario Mayor de Munster. Se les obsequiará un álbum con las primeras estampillas selladas al Obispo Felix Genn, a Monika Kaiser-Hass, Vicepresidenta del Círculo Internacional Karl Leisner Circle (IKLK), y al P. Benedikt Elshoff, Presidente del IKLK, quien tuvo la iniciativa de solicitar una estampilla especial.
El centenario del natalicio de Karl Leisner, quien fuera beatificado el 23 de junio de 1996 en el Estadio Olímpico de Berlín por el Papa Juan Pablo II, no es importante sólo para la gente en la oficina postal de Lohmar. El Stiftmuseum en la ciudad de Xanten tendrá una exhibición sobre Karl Leisner que durará hasta finales de junio. Una exhibición móvil con alrededor de 13 Roll-ups visitará varias ciudades y alemanas.
En primavera se llevará a cabo una conferencia sobre Karl Leisner en la Franz Hitze Haus en Munster. Ha sido organizada por el IKLK, al igual que las estampillas, la exhibición en Xanten y la estatua conmemorativa en Kleve, que se erigió a finales del año pasado para conmemorar el septuagésimo aniversario de la ordenación de Karl Leisner en el campo de concentración de Dachau.

Un schoenstattiano del segundo siglo de Schoenstatt…

Un periódico de Wurzburg escribió acerca del "jesuita Karl Leisner" en relación con la estampilla especial y el centenario del natalicio de Karl Leisner. En realidad sólo su amigo y biógrafo, el P. Otto Pies, SJ, es jesuita. Karl Leisner fue un schoenstattiano de punta a punta, pero no de manera exclusiva, y no se le conocía en el campo de concentración como un "representante de Schoenstatt". Nadie lo era. Él era simplemente un schoenstattiano, cuya identidad estaba basada en la Alianza de Amor y que ejercía un apostolado muy variado en el lugar y forma en que su llamado personal lo llevaba. Aprovechó sus muchos dones, cuando las puertas y las personas se abrían a él, para conquistar personas para Dios. A Schoenstatt le tomó algo de tiempo descubrir a su primer beato, un mártir, cuya primera preocupación no era hacer crecer a Schoenstatt, sino salir del santuario a la periferia de la sociedad, a la extrema periferia – el campo de concentración de Dachau. Él ya estaba agonizando cuando fue ordenado sacerdote ahí mismo, y sólo celebró Misa un vez.
El lugar teológico de los Movimientos es en la calle, dijo el Cardenal Jorge Mario Bergoglio en 1999, durante un encuentro de Movimientos Eclesiales en Buenos Aires. "Pero qué daño nos hacen aquellos que viven para "mirarse el ombligo" (mirarse a sí mismos) y no salen a misionar. No salen a dar la herencia que han recibido gratuitamente por pura gracia de Jesucristo, por puro amor del Padre en comunión con el Espíritu Santo. ¡Cuidado! Cuidado con las élites. Las élites se cierran en la burbuja, pierden el horizonte misionero, pierden el empuje, pierden el coraje. Las instituciones y movimientos tienen que dar la herencia. Ustedes me preguntarán: "Padre ¿dónde?" En la calle, en la calle. Allá donde se está jugando la vida de nuestra ciudad. Allá donde se juega la salvación eterna de hombres y mujeres. Allá donde se juegan los valores. Allá donde muchos chicos, ya desde muy pequeños, pueden empezar a tomar un camino que los va a hacer muy infelices el resto de sus vidas. La calle es el lugar teológico de los movimientos y de las instituciones. Ahí es donde tienen que sacrificarse, regalando el regalo recibido, transmitiendo la herencia que gratuitamente han recibido. Como Obispo les pido: Por favor, no se guarden la herencia en la vitrina para mostrársela a las visitas. Llévenla a la calle, busquen horizontes misioneros, "juéguensela" todas los días, que esta herencia, que tan gratuitamente hemos recibido, sea fermento de esta ciudad." (29.5.1999).
Ese es un mensaje y una petición que le queda como anillo al dedo a Karl Leisner, con todos los riesgos que enfrentó, fortalecido con su consagración a la Virgen Tres Veces Admirable de Schoenstatt, su amada Mater.
"Una Iglesia que no sale es una Iglesia 'de exquisitos'. Un movimiento eclesial que no sale en misión, es un movimiento 'de exquisitos'. Y a lo más, en vez de ir a buscar ovejas para traer, o ayudar o dar testimonio, se dedican al grupito, a peinar ovejas. ¿No? Son peluqueros espirituales. ¿No? Eso no va." dice Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, 15 años después, para la Audiencia por el Jubileo del Movimiento de Schoenstatt: "O sea salir, salir de nosotros mismos. Una Iglesia o un movimiento, una comunidad cerrada se enferma. Tiene todas las enfermedades de la cerrazón. Un movimiento, una Iglesia, una comunidad que sale se equivoca, se equivoca. Pero es tan lindo pedir perdón cuando uno se equivoca. Así que no tengan miedo".
Karl Leisner fue uno de los muchos schoenstattianos que salió, que vivió una "Alianza de Amor interior". En el lenguaje del Papa, él quedó herido de muerte al salir, pero en esa extrema periferia se encontró con Jesús, en el más profundo sentido de estas palabras: "Bendice también, Señor, a mis enemigos".

Schoenstatt celebra el centenario del natalicio de Karl Leisner

De acuerdo con la información del P. Stefan Keller, del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, se llevarán a cabo varios eventos en Schoenstatt en torno al centenario del natalicio de Karl Leisner. El miércoles 5 de marzo a las 7:30 p.m. se oficiará una Misa solemne con el Arzobispo Emérito Robert Zollitsch en la iglesia de la Adoración para conmemorar el centenario del natalicio de Karl Leisner.
El Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt organizará la llamada Semana de Moriá del 2 al 8 de agosto de este año con el tema de Karl Leisner. El P. Hans-Karl Seeger (editor de los diarios) y el P. J. Schmiedl han sido invitados a hablar.
Durante la Adoración en Marienau, en el carnaval, se usarán textos de Karl Leisner. El P. Ernst Gerkens, de Kleve, custodio del lugar de nacimiento de Karl Leisner, en Flandrischen Strasse 11, en Kleve, y Theo Hoffacker (de Xanten-Marienbaum) han aceptado la responsabilidad por el contenido que se impartirá en esos días.

Hace mucho tiempo que no escribo cartas

En estos tiempos de correos electrónicos, Skype, Whatsapp, Twitter y Facebook, escribir cartas ha pasado de moda.
Necesitaba 20 estampillas de Karl Leisner para la foto, así que las compré. ¿Y ahora? Simplemente no puedo dejar esas estampillas en una vitrina de cristal o en un cajón como un recuerdo. No puedo hacer eso de acuerdo a las palabras de Jorge Mario Bergoglio, ni de acuerdo al testimonio de Karl Leisner. Bendice también, Señor, a mis enemigos. Las estampillas tienen que enviarse, y ya estoy pensando en un par…
Original: alemán. Traducción: Manuel Huapaya, LIma, Perú/ Eduardo Shelley, Monterrey, México

Francisco celebra con los nuevos cardenales

(El Papa Francisco saludó a Benedicto XVI)

Les exhorta: ''No tengan la tentación de estar con Jesús sin querer estar con los marginados, aislándose en una casta que nada tiene de auténticamente eclesial"


Después de celebrar en la basílica de San Pedro la santa misa con los nuevos cardenales, el papa Francisco desde su estudio que da a la plaza, rezó la oración del ángelus y dirigió las siguientes palabras a los miles de fieles y peregrinos allí presentes.
«Queridos hermanos y hermanas, en este domingo el evangelista Marcos nos narra la acción de Jesús contra toda especie de mal, beneficiando a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu: endemoniados, enfermos y pecadores... Él se presenta como aquel que combate y vence el mal en donde lo encuentre. En el Evangelio de hoy, esta lucha que realiza encuentra un caso emblemático, porque el enfermo es un leproso. La lepra es una enfermedad contagiosa y que no tiene piedad, que desfigura a la persona, y que era símbolo de impureza: el leproso tenía que permanecer siempre fuera de los centros habitados y señalar su presencia a quienes pasaban. Era marginado de la comunidad civil y religiosa. Era como un muerto ambulante.
El episodio de la curación del leproso se desarrolla en tres breves etapas: la invocación del enfermo, la respuesta de Jesús, las consecuencias de la curación prodigiosa. El leproso le suplica a Jesús, 'de rodillas' y le dice: 'Si quieres puedes purificarme'. A esta oración humilde y llena de confianza, Jesús responde con una actitud profunda de su ánimo: la compasión. La compasión es una palabra muy profunda que significa 'sufrir con el otro'.
El corazón de Cristo manifiesta la compasión paterna de Dios por aquel hombre, acercándose a él y tocándolo. Este particular es muy importante. Jesús 'tiende la mano, lo toca... y en seguida la lepra desaparece y Él lo purifica". La misericordia de Dios supera cada barrera y la mano de Jesús toca al leproso. Él no pone una distancia de seguridad y no actúa delegando, sino que se expone directamente al contagio por nuestro mal. Y así justamente nuestro mal se vuelve el lugar del contacto: Él, Jesús, toma de nosotros la humanidad enferma y nosotros de Él su humanidad sana y que cura.
Esto sucede cada vez que recibimos con fe un sacramento: el Señor Jesús nos 'toca' y nos da su gracia. En este caso pensamos especialmente al sacramento de la Reconciliación, que nos cura de la lepra y del pecado.
Una vez más el evangelio nos muestra lo que hace Dios delante de nuestro mal: no viene a darnos una lección sobre el dolor; tampoco viene a eliminar del mundo el sufrimiento y la muerte; viene más bien a tomar sobre sí mismo el peso de nuestra condición humana, y a llevarla hasta el fondo, para liberarnos de manera radical y definitiva. Así Cristo combate el mal y el sufrimiento del mundo: haciéndose cargo y venciendo con la fuerza de la misericordia de Dios.
A nosotros, hoy, el evangelio de la curación del leproso nos dice que, si queremos ser verdaderos discípulos de Jesús, estamos llamados a volvernos unidos a Él, instrumentos de su amor misericordioso, superando cada tipo de marginación. Para ser 'imitador de Cristo', delante a un pobre o a un enfermo, no debemos tener miedo de mirarlo en los ojos, y de acercarnos con ternura y compasión. Y de tocarlo y abrazarlo. Con frecuenciapido a las personas que asisten a los otros, que lo hagan mirándolos a los ojos, y de no tener miedo de tocarlos. Que el gesto de ayuda sea también un gesto de comunicación. También nosotros tenemos necesidad de ser acogidos. Un gesto de ternura y de compasión. Y les pregunto: ¿Cuando se ayuda a los otros, los miran en los ojo, los acogen sin miedo de tocarlos, los acogen con ternura? Piensen sobre esto. Cómo se ayuda, a distancia o con ternura y cercanía?
Si el mal es contagioso, también el bien lo es. Por lo tanto es necesario que en nosotros abunde siempre más el bien. ¡Dejémonos contagiar por el bien!».
El Santo Padre reza el ángelus y después dirige las siguientes palabras:
«Queridos hermanos y hermanas, dirijo un deseode serenidad y de paz a todos de los hombres y mujeres que en el Extremo Oriente y en varias partes del mundo se preparan a celebrar el año santo lunar. Tales fiestas ofrecen a ellos la feliz ocasión de redescubrir y de vivir de manera intensa la fraternidad, que es el vínculo precioso de la vida familiar y base de la vida social. Este retorno anual a las raíces de la persona y de la familia puedan ayudar a aquellos pueblos a construir una sociedad en la que se tejen relaciones interpersonales que llevan al respeto, la justicia y la caridad.
Saludó también a todos ustedes, romanos y peregrinos, en particular a todos los que han venido con motivo del consistorio, para acompañar a los nuevos cardenales. Y agradezco a los países que han querido estar presentes en este evento enviando delegaciones oficiales.
Saludemos con un aplauso a los nuevos cardenales... (aplausos)
Saludo a los peregrinos españoles que provienen desde San Sebastián, Campo de Criptana, Orense, Pontevedra y Ferrol. A los estudiantes de Campo Valongo y Porto, en Portugal. Y a los de París; al "Foro de las Instituciones Cristianas " de Eslovaquia; a los fieles de Buren (Holanda), y a los militares de Estados Unidos de paso en Alemania, y a la comunidad de los venezolanos residentes en Italia.
Saludo a los jóvenes de Busca, a los fieles de Leno, Mussoi, Monteolimpino, Rivalta sul Mincio y Forette di Vigasio.
Están también presentes muchos grupos de escolares y de catequistas de tantas partes de Italia.
Queridos les animo a ser ser testimonios con alegría y coraje de Jesús en la vida de cada día. Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mi». Y concluyó con su ya conocido «¡Buon pranzo e arrivederci!».   
(Fuente: zenit.org)