Los hijos e hijas espirituales del Padre Kentenich, modelados por él y llevados a una madurez extraordinaria de vida cristiana, son testigos de su Padre espiritual. Las vidas de aquellas personas que han encarnado en grado ejemplar los ideales de la espiritualidad schöenstattiana ilustran la historia de Schöenstatt y la historia de quien los condujo a este ideal y les dio las herramientas para conquistar la meta: junto a Dios y la Santísima Virgen, el Fundador de Schöenstatt. Las piedras preciosas que la Providencia regaló a Schöenstatt son el marco de gema más destacada.
Cada uno de ellos irradia la luz del Fundador y de su carisma: su concepto de una nueva comunidad basada en auténticas personalidades libres, firmes y apostólicas adquiere un rostro, una historia.
Las vidas de Karl Leisner, el primer schoenstattiano beatificado, de los seis schöenstattianos en camino a la beatificación - la Hna. M. Emilie, João Pozzobon, Mario Hiriart, Gertraud von Bullion, José Engling, Franz Reinisch, Gilbert Schimmel - y muchas otras "piedras preciosas de Schöenstatt" cuyas vidas han generado un cambio en ramas, países, grupos de Schöenstatt, ilustran la historia de la Alianza de Amor que es capaz de transformar totalmente a una persona. Y al mismo tiempo iluminan la historia de personas que con su misión, su pasado, sus fortalezas y debilidades, han marcado el destino de Schöenstatt. Una vocación que comparten con cada persona que vive en el espíritu de la Alianza de Amor.
José
Engling (1898 -1918), Alemania
El Acta de Fundación Hecha
vida
"Acta de Fundación vivida", según el Padre Kentenich. José Engling, era un joven seminarista schöenstattiano alemán, le apodaron "El León de Cambrai", miembro de la generación fundadora de Schöenstatt.
Nació
en Prositten, Alemania, en el seno de una familia campesina y muy cristiana.
Tenía ciertos rasgos físicos que no lo hacían muy popular (era encorvado,
torpe, y tartamudeaba en la hora de hablar) y que acrecentaban su timidez. Por
otro lado, Engling era perseverante y tenía una fuerte atracción a hogar,
además de un carácter profundo y piadoso.
Ingresa
al Seminario de los Padres Pallottinos en el mes de septiembre de 1912, en Schöenstatt. Allí logró ganarse el respeto y admiración de sus compañeros
y ser el primero de su clase. Allí como seminarista, conoció al Padre Jose
Kentenich, quien sería su padre espiritual,
transformándose en su guía en el camino de la autoeducación.
No estaba presente el 18 de
octubre de 1914, cuando Schöenstatt fue fundado a través de la Alianza de Amor
del Padre Kentenich y un grupo de estudiantes con la Santísima Virgen en la
capilla actualmente conocida como Santuario Original". Pero abrió su
corazón sin reservas e hizo de Schöenstatt su vida; las notas de su diario y
cartas son un reflejo puro y profundo de los impulsos transmitidos por el Padre
Kentenich.
José ofreció sus limitaciones físicas, éxitos y vastas experiencias de fracaso en el campo apostólico, su auto educación y los contratiempos de su vida como soldado en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial por el crecimiento y expansión de Schöenstatt. El 31 de mayo de 1918 ofreció su vida por esta intención.
José ofreció sus limitaciones físicas, éxitos y vastas experiencias de fracaso en el campo apostólico, su auto educación y los contratiempos de su vida como soldado en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial por el crecimiento y expansión de Schöenstatt. El 31 de mayo de 1918 ofreció su vida por esta intención.
Ese viernes 4 de octubre de 1918, a mediodía, José, como era
su costumbre, sacó la hoja de su horario espiritual y marcó los tres primeros
actos de piedad que había cumplido durante la mañana: "oración de la
mañana, oración del congregante, buena intención”. Después tomó la hoja del
examen particular, donde mostraba su ardiente deseo de vivir en presencia de
Dios: “Quiero decir cada hora: Dios está conmigo, el queridísimo Padre de los
hombres; Él ve cómo ennoblezco en mí la sensibilidad nativa para mayor bien de
los demás”.
A lo largo de la mañana de este 4 de octubre, ya había repetido 7 veces esta determinación de unión con Dios Padre y de comunión con los hombres, sus hermanos. La víspera, jornada extenuante y de incertidumbre por la situación en el frente, José consigue recitar diecisiete veces este texto que se sitúan en la cúspide del espíritu evangélico. Y ya ha logrado cumplir trece de los diecisiete actos de piedad que se ha propuesto para cada día. La Virgen María, su “Madrecita”, está, más que nunca, presente en él al fin de su vida. En la última carta que escribe al Padre Kentenich, el 1º de octubre, le dice: “Estos tres últimos días de negligencia, he sentido cuán débil soy y cuanto dependo de nuestra queridísima Madre; estoy aún más estrechamente unido a ella”.
Hacia el mediodía José visitó a Paul Reinhold, un miembro de su grupo schönstattiano que se encontraba cerca de allí. Tuvieron una larga conversación, Paul lo encontró un poco melancólico en su mirada y sus palabras. José Mehl, otros de sus amigos, también pudo pasar unos instantes con José Engling. Éste le mostró el cementerio donde habían cavadas varias tumbas: “Se me ha preparado una tumba ahí abajo”, le dijo. José Mehl le replicó: “Estás loco. No lo creo”. Entonces José Engling tuvo una frase conmovedora, premonitoria: “Esta noche, la Madre de Dios aceptará mi sacrificio”. Después se despidieron y le dijo: “Debo reunirme con la vanguardia de la tropa de choque”. Sabía que al día siguiente su compañero se marchaba de permiso. Entonces tomó una hoja de papel, escribió algunas palabras y se la dio diciendo: “Cuando haya muerto, da parte de mi muerte a esta dirección” (la dirección del Padre Kentenich). Después le tendió la mano, lo miró directamente a los ojos y le dijo: "Feliz vuelta a casa. Da curso, te lo ruego, a mi deseo. La Madrecita está cerca de mí. Estoy preparado. ¡Todo está en orden!”. Una última sonrisa, y los dos amigos se separaron.
A lo largo de la mañana de este 4 de octubre, ya había repetido 7 veces esta determinación de unión con Dios Padre y de comunión con los hombres, sus hermanos. La víspera, jornada extenuante y de incertidumbre por la situación en el frente, José consigue recitar diecisiete veces este texto que se sitúan en la cúspide del espíritu evangélico. Y ya ha logrado cumplir trece de los diecisiete actos de piedad que se ha propuesto para cada día. La Virgen María, su “Madrecita”, está, más que nunca, presente en él al fin de su vida. En la última carta que escribe al Padre Kentenich, el 1º de octubre, le dice: “Estos tres últimos días de negligencia, he sentido cuán débil soy y cuanto dependo de nuestra queridísima Madre; estoy aún más estrechamente unido a ella”.
Hacia el mediodía José visitó a Paul Reinhold, un miembro de su grupo schönstattiano que se encontraba cerca de allí. Tuvieron una larga conversación, Paul lo encontró un poco melancólico en su mirada y sus palabras. José Mehl, otros de sus amigos, también pudo pasar unos instantes con José Engling. Éste le mostró el cementerio donde habían cavadas varias tumbas: “Se me ha preparado una tumba ahí abajo”, le dijo. José Mehl le replicó: “Estás loco. No lo creo”. Entonces José Engling tuvo una frase conmovedora, premonitoria: “Esta noche, la Madre de Dios aceptará mi sacrificio”. Después se despidieron y le dijo: “Debo reunirme con la vanguardia de la tropa de choque”. Sabía que al día siguiente su compañero se marchaba de permiso. Entonces tomó una hoja de papel, escribió algunas palabras y se la dio diciendo: “Cuando haya muerto, da parte de mi muerte a esta dirección” (la dirección del Padre Kentenich). Después le tendió la mano, lo miró directamente a los ojos y le dijo: "Feliz vuelta a casa. Da curso, te lo ruego, a mi deseo. La Madrecita está cerca de mí. Estoy preparado. ¡Todo está en orden!”. Una última sonrisa, y los dos amigos se separaron.
Su Ideal
Personal" Ser Todo Para Todos y Entera Propiedad de la Santísima
Virgen". El 31 de mayo de 1918 José Engling le ofreció su vida y
misión a la Mater, en la curva del río Lys en Cambrai, Francia. Ahí escribió en
su diario:
Querida madrecita: ¡Mater Ter Admirabilis! Aquí me tienes nuevamente como ofrenda. A Ti te ofrezco todo lo que soy y poseo, mi cuerpo y mi alma con todas sus facultades, todo mi ser y mis bienes, mi libertad y mi voluntad. Quiero pertenecerte totalmente. ¡Soy tuyo! Haz de mí lo que quieras. Si es tu voluntad, déjame ser un ofrecimiento por la tarea que has dado a nuestra Congregación. Lleno de humildad, tu indigno siervo, José Engling".
A finales del atardecer, se dirigieron a Cambrai en Francia, Le dicen a un miembro del ejército que cruzara la línea de ataque en busca de alimento, pero José sabía que él tenía una familia y le expresó la famosa frase de "camarada, yo voy por ti, y un proyectil de artillería alcanzó a José. Está tendido sobre el campo. Ha muerto. José es la única víctima del pequeño grupo. Era el 4 de octubre de 1918, entre las 7 y las 10 de la noche. El cielo acaba de aceptar su sacrificio libremente ofrecido, cumpliéndose su Ideal Personal "Ser Todo Para Todos y Entera Propiedad de la Santísima Virgen". Su cuerpo fue probablemente enterrado en el lugar de la muerte, pero todo el esfuerzo que se hizo años más tarde por descubrir el lugar resultó infructuoso.
Querida madrecita: ¡Mater Ter Admirabilis! Aquí me tienes nuevamente como ofrenda. A Ti te ofrezco todo lo que soy y poseo, mi cuerpo y mi alma con todas sus facultades, todo mi ser y mis bienes, mi libertad y mi voluntad. Quiero pertenecerte totalmente. ¡Soy tuyo! Haz de mí lo que quieras. Si es tu voluntad, déjame ser un ofrecimiento por la tarea que has dado a nuestra Congregación. Lleno de humildad, tu indigno siervo, José Engling".
A finales del atardecer, se dirigieron a Cambrai en Francia, Le dicen a un miembro del ejército que cruzara la línea de ataque en busca de alimento, pero José sabía que él tenía una familia y le expresó la famosa frase de "camarada, yo voy por ti, y un proyectil de artillería alcanzó a José. Está tendido sobre el campo. Ha muerto. José es la única víctima del pequeño grupo. Era el 4 de octubre de 1918, entre las 7 y las 10 de la noche. El cielo acaba de aceptar su sacrificio libremente ofrecido, cumpliéndose su Ideal Personal "Ser Todo Para Todos y Entera Propiedad de la Santísima Virgen". Su cuerpo fue probablemente enterrado en el lugar de la muerte, pero todo el esfuerzo que se hizo años más tarde por descubrir el lugar resultó infructuoso.
("Héroes de fuego que ardieron hasta
consumirse", P. Jonathan Niehaus, pág. 285. Editorial Patris Argentina,
2007)./ Federación Apostólica de Madres
de Schöenstatt .
Padre
Franz Reinisch (1903 - 1942), Austria
Decisión sobre una cuestión de conciencia
Decisión sobre una cuestión de conciencia
El Padre Franz Reinisch es el único sacerdote católico ejecutado en tiempos del
"Tercer Reich". Como una decisión sobre una cuestión de conciencia,
luego de haber sido reclutado por el ejército, se negó a jurar lealtad a
Hitler. Fue encarcelado, sentenciado a muerte y decapitado el 21 de agosto de
1942. El Padre Reinisch, sacerdote palotino nacido en Austria, tuvo su primera
experiencia personal de Schoenstatt el día en que los restos mortales de los
congregantes héroes, los primeros schoenstattianos que perdieron su vida en la Primera Guerra Mundial, fueron repatriados de Francia a Schoenstatt en 1934.
Trabajó activamente en el Movimiento de Schoenstatt, especialmente con las
Ramas masculinas. Su decisión de negarse a jurar lealtad lo enfrentó con el
dilema de todo cristiano radical, su decisión implicaba perder la vida y él lo
sabía; causando dolor a sus padres, familiares, comunidad. También ponía en
peligro a Schoenstatt y su propia comunidad palotina motivando que sus
superiores no apoyaran su decisión y pondría en tela de juicio a cada uno de
los otros sacerdotes y cristianos que habían prestado juramento. Aún así
Reinisch se sintió llamado a cumplir con su vocación especial y dar ejemplo de
fidelidad a su conciencia e Ideal Personal en un asunto de vida o muerte.
La
misión de la mujer dentro de Schoenstatt y en el mundo
"Quiero servir"
"Quiero servir"
Cuando Gertraud von Bullion conoció Schoenstatt en 1917, trabajando
como enfermera voluntaria en el hospital militar de Mons, éste era sólo para
hombres. Desde un principio se sintió entusiasmada con las ideas y los
testimonios de compromiso de vida genuinos de los soldados que pertenecían a
Schoenstatt. Entró en contacto epistolar con el Padre Kentenich y se mantuvo en
contacto, convirtiéndose en el primer miembro femenino del Movimiento de
Schoenstatt. El 8 de diciembre de 1920, junto con su prima, se consagraron a la
Madre tres veces Admirable de Schoenstatt; fundando la Federación de Mujeres y
dando comienzo al "Movimiento Femenino", como lo llamó el Padre
Fundador. Gertraud empeñó todas sus fuerzas por el desarrollo de la Federación
y Liga de Mujeres, hasta que lentamente una grave tuberculosis la obligó a
abandonar las actividades apostólicas externas y aceptar fielmente, como
voluntad de Dios, su enfermedad y las renuncias que ésta implicaba. Movida por
su ideal de vida descubrió el camino para transformar su enfermedad en una
oportunidad de servir a otros, y servir al Movimiento de Schoenstatt
entregándose enteramente a disposición de Jesús y María.
Creciendo
en un filial y despreocupado cobijamiento en Dios
Emilie Engel, Hermana de
María, creció en el seno de una familia sana y religiosa en la zona rural
de Sauerland, Alemania. Como joven maestra en el área industrial de Ruhr, vive
un fuerte compromiso social con los más pobres y carenciados. En 1926, se
convierte en uno de los primeros miembros de una forma totalmente nueva de
comunidad religiosa, las Hermanas de María. Allí lleva adelante una labor
pedagógica, primeramente en instituciones asistenciales, y luego dentro de la
comunidad. Cayó enferma de tuberculosis por lo cual pasó varios años de su vida
hospitalizada. Las operaciones llevadas a cabo con la intención de ayudar a su
enfermedad, le causaron una avanzada parálisis que finalmente la postró en una
silla de ruedas, quitándole su capacidad de comunicación. En el 1946,
gravemente enferma ya, fue designada como Superiora Provincial de las Hermanas
de María para la Provincia Oeste de Alemania.
Demostró ser una persona que no se rindió a lo
largo de su severa enfermedad, una mujer cuya vida estuvo signada por crisis y
trastornos emocionales, y que no obstante no se quebró sino que creció a partir
de estos impedimentos hacia un filial y despreocupado cobijamiento en
Dios.
Emilie Engel es una persona cuya vida refleja la
típica tensión entre la seguridad en sí mismo y los fracasos. A través de
su experiencia del amor misericordioso de Dios, junto con la conducción y
educación paternal del Padre Kentenich, llegó a ser una persona libre, fuerte y
alegre a pesar de sus grandes limitaciones.
Según el Padre Kentenich, su vida es un
testimonio del amor misericordioso y paternal de Dios, y una prueba de que la
espiritualidad de Schoenstatt sirve para educar personalidades libres y firmes.
Emilie Engel muestra al hombre de hoy un ideal de santidad que no tiene nada
que ver con el perfeccionismo, un ideal que enfrenta limitaciones, debilidades
y fracasos no como obstáculos sino como punto de partida para una vida plena
y fecunda, y la experiencia del amor infinitamente misericordioso y
paternal de Dios.
Mario Hiriart Pulido
Un hombre que puso en práctica la
vivencia de la "fe práctica en la divina providencia", es decir, una
fe que no es de ideas, sino concreta en el día a día y en profunda alianza con
Dios a través de María. Cautivado por
el llamado a ser un santo de la vida diaria. Por transformar el mundo desde
adentro. Por reinsertar el cristianismo en la cultura y en la propia vida,
integrando lo humano y lo divino según el orden querido por Dios.
Nació en el Hospital del Salvador en Santiago de
Chile. Su padre, Héctor Hiriart
Corvalán, era Masón por lo que no frecuentaba la Iglesia ni la aceptaba. Era
estricto y responsable. Él era tío de
Lucia, esposa del dictador Augusto Pinochet.
Su madre Amalia Pulido Correa, era esposa abnegada y madre amorosa. Muere de cáncer cuando Mario tenía 24
años. Su hermano mayor Augusto le
protegió en los grados primarios.
Otros familiares que influenciaron en su vida: su nana
Teresa (le decía la mama) lo introdujo en la oración cada vez que sufría
dolores o era burlado por sus compañeros de clase. Su abuela Maya- Gracias a
ella, Mario tuvo formación católica cuando pudo convencer al papá de Mario para
que le permitiera inscribirlo en un colegio católico.
Desde 1935 comenzó estudios en el Instituto Alonso de
Ercilla, un colegio Marista en Santiago de Chile. A los
13 años conoce al Padre Benito Schneider (Palotino – Schöenstatt). Introduce el concepto de la auto-educación. A
los 17 años asiste a un retiro espiritual ofrecido por el Padre Kentenich. En ese momento cambió su vida, lo que
aprendió del Padre era lo que él aspiraba.
Amaba el Futbol (balompié), era ferviente hincha de
Chile.
Ingresó a la Universidad en 1948, a la edad de 17
años. Decide estudiar Ingeniería por su pensamiento estructurado y para vencer
su dificultad con las matemáticas. Se
graduó en diciembre de 1953 con máximos honores. En 1955 fue galardonado con el
premio Marcor Orrego Puelma por obtener el promedio más alto durante los seis
años, siendo el estudiante más sobresaliente.
En 1949, desde el primer santuario filial de Schöenstatt en Chile el padre José
Kentenich explicó la misión espiritual de la cual se sentía
portador. Mario Hiriart, como los demás schöenstattianos de esos años, no
comprendió cabalmente el alcance de las palabras del padre José Kentenich para
el movimiento Schöenstatt. Decidió finalmente seguir la premisa de "ser un
santo de la vida diaria" utilizando todos los medios ascéticos que su
fundador proponía.
Durante el primer año de universidad Mario entró al grupo
"Los Caballeros del Santo Grial", con el cual fundó la Juventud de Schöenstatt en Chile. El nombre del grupo les evocaba la comunidad de
caballeros del rey Arturo, “los caballeros de la mesa redonda”. Forjan ideales y planes futuros de contribuir en su
condición de ingeniero en la renovación y modernización cristiana de su país.
Con determinación todos los miembros del grupo se disponen a entregarlo todo
para la renovación de la sociedad, suceda lo que suceda.
El
29 de mayo de 1949 Mario se consagró a la Virgen María, junto con algunos miembros de
su grupo en el Santuario
de Schöenstatt de Bellavista, La Florida, en lo que
se llama su "Alianza de Amor con María".
En 1955 Mario decidió su incorporación al Instituto Secular
de los Hermanos de María de Schöenstatt; fundado el 16 de julio de 1942 por el
Padre José Kentenich, durante su reclusión en el campo de concentración de
Dachau. El 2 de febrero de 1957 Mario
partió a Brasil para recibir su formación en esta Comunidad. Realizó su
primera incorporación con dicho Instituto el 16 de julio de 1959.
En 1960 regresó a Chile; trabaja como
docente en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica; colaborador
adulto en la Juventud Masculina de Schöenstatt. Ese mismo año, Mario Hiriart sufre los
primeros síntomas de su enfermedad, es operado por segunda vez, de un tumor
cerebral, y se le diagnostica un cáncer terminal, por lo que desde ese año hasta su muerte, se ha
sometido a tratamientos de quimioterapia, siendo la última en Milwaukee, Estados Unidos.
En
1961 realiza las últimas formulaciones de su Ideal Personal: "Como María,
Cáliz Vivo, Portador de Cristo"
En un viaje sin regreso Mario se lanza a cumplir su
deseo visitar el Santuario Original en Alemania, pero antes deseaba viajar a la
tierra del exilio del Padre fundador.
Quería ver nuevamente al Padre.
Se reúne con el Padre el 1 junio de 1964 y el Padre al notar su problema
de salud lo refiere a St. Mary’s Hospital para que lo evalúen. Unas semanas más
tarde es operado por quinta vez descubriendo que su cáncer estaba metastizado
en el intestino, esto requería tratamiento agresivo urgente. A sugerencias del Padre Kentenich, la verdad
le es explicada y este decide entregar su vida como José Engling, anhelando entonces morir a los 33 años, la edad
en que Cristo murió. Mario Hiriart muere
faltando ocho días para cumplir 33 años.
Un año después de su muerte su cuerpo fue trasladado a
su amado Santuario en Bellavista, Chile, donde fue enterrado detrás del
Santuario.
En 1994 se inicia la causa de su beatificación y la Sagrada
Congregación para la Causa de los Santos en Roma lo reconoce el 21 de abril de 1995 como Siervo
de Dios, atribuyéndole supuestos milagros, como el caso del ex-Ministro del Trabajo, Guillermo Tagle, en marzo de ese año.
Gilbert Schimmel
Estados Unidos
10 de Junio,1906-15 de Febrero,1959
10 de Junio,1906-15 de Febrero,1959
Gilbert
Schimmel era un apóstol y hombre de familia. Nació en una granja cerca de
Helenville, Wisconsin (entre Milwakee y Madison) en junio 10, 1906. Era
el menor de nueve hermanos. Este delgado, ágil niño vivió en una granja
hasta que tuvo nueve años. Nunca perdió su amor por la naturaleza ni el
trabajo. Crecer cerca del Rock River, le hizo disfrutar de las canoas y
la pesca. Como estudiante demostró habilidades para el dibujo y amaba
servir en las misas. Siempre estaba sonriendo y todos quienes lo conocían
le guardaban aprecio. Tenía un buen sentido del humor y tenía ingenio
para usarlo, especialmente si alguien se encontraba en problemas serios.
Después de la secundaria y un semestre en la Universidad, Gilbert se introdujo en el mundo laboral. Un año y medio de trabajos de oficina lo convenció de que él quería trabajar con sus manos. Se convirtió en un maquinista de una gran fábrica en Milwaukee y era conocido por su gran corazón y firmes convicciones. El los necesitaba cuando había una disputa laboral en la planta Allis-Chalmers donde trabajaba. No podía estar de acuerdo con los jefes cuando querían forzar a los trabajadores a una sumisión ciega. Con un grupo de amigos inició una "Unión Independiente" basada en principios cristianos. Casi le cuesta la vida:
"Una noche cuando habían rentado un salón para discutir las leyes para una nueva Unión Independiente, un grupo de hombres irrumpió en el salón, se apresuraron, voltearon las mesas, sillas, etc. Y empezaron a golpear a los cuatro hombres que organizaban los escritos. Gilbert y sus amigos fueron acorralados por este gran grupo de hombres... Gilbert, también, sufrió severos daños y debió ser hospitalizado".
Gilbert nunca olvidó que sus esfuerzos para un mejor ambiente laboral estaban basados en el mensaje de amor de Cristo.
"Algún tiempo después uno de los hombres de la " banda " se encontró a Gilbert en la calle y se acercó para estrechar su mano. Luego alguien preguntó a Gilbert, Cómo pudiste estrechar la mano del hombre que te golpeó hasta el punto de casi matarte? Gilbert contestó, 'Bueno, si soy caritativo y bueno con el hombre, pronto se dará cuenta de cuan mal estaba'".
Gilbert no era sólo un trabajador, también un esposo y padre. Ambos, él y su esposa Joanna compartían una profunda devoción a María y amor a los sacramentos. Ellos fueron bendecidos con tres hijos, a quienes criaron católicos de la mejor manera que pudieron. En el año Mariano 1954, Gilbert y su esposa se unieron a un apostolado que enviaba rosarios, escapularios y otros ítems a misionarios alrededor del mundo. La idea era ayudar a los misioneros a promover mayor devoción a Nuestro Señor y Su Madre.
Un pedido cambio sus vidas para siempre. A principios de Junio un Padre Palotino pidió folletos de oraciones para el Sagrado Corazón. Los Schimmel los trajeron a la Parroquia de la Sagrada Cruz en Milwaukee. Luego el padre los presentó al Padre Kentenich. La Sra. Schimmel dijo": "Como fuimos tan entusiastas con nuestro trabajo apostólico durante al Año Mariano, le dijimos al Padre Kentenich todo acerca del mismo. Mientras hablábamos, tenía clavado un pensamiento: ' El realmente nos está escuchando'. Al regresar a nuestra casa, ni mi esposo ni yo dijimos mucho en el camino. Cuando paramos en una luz roja, y el carro se detenía, espontáneamente nos miramos el uno al otro y dijimos: 'esto es'..
Los Schimmel empezaron a visitar semanalmente al Padre Kentenich y fueron descubriendo el mundo de Schöenstatt. Descubrieron las gracias que la Madre Tres veces Admirable tiene para ofrecer en el Santuario. Para 1955 ellos formaron el primer grupo de Matrimonios de Schöenstatt en Milwaukee, las Parejas Pioneras. Gilbert fue tocado de una manera especial por Schöenstatt. Su alianza de amor la hizo con el grupo de Parejas Pioneras en Febrero 2 de 1956.
Gilbert peleaba entre lo que significaba ser un buen católico y un buen padre, y debía encontrar la mejor manera de balancear sus deseos de ser un apóstol fuera de su casa, con sus deberes de ser un apóstol como padre. Pasado un año de su alianza de amor, en privado le ofreció su vida a María como un "segundo Joseph Engling para los Estados Unidos".
La MTA pronto aceptaría su ofrecimiento. En 1958 Gilbert se enfermó. Los doctores descubrieron Cáncer en la etapa más avanzada. El Padre Kentenich le dio la noticia, Gilbert la acepto con calma y con una sola lágrima en sus ojos. Cualquier cosa para su Reina de Schöenstatt!
Aun en los últimos meses de su vida, Gilbert estaba preocupado por las necesidades de quienes lo rodeaban. Mediante el requerimiento del superintendente de la Fábrica, Gilbert fue a trabajar aunque era muy poco lo que él podía hacer. El superintendente sintió que valía la pena por la forma en que Gilbert levantaba los ánimos de los trabajadores. Cuando Gilbert no pudo ir más a la fábrica, los trabajadores lo visitaban; pero era el hombre moribundo quien consolaba a los saludables y les daba valor.
Un domingo por la mañana, 15 de febrero de 1959, y rodeado por su familia, Gilbert le regresó su alma al Padre de los Cielos. Sus últimas palabras en tierra fueron, "Ahora, voy a casa".
Desde su muerte, Gilbert Schimmel ha sido una inspiración para trabajadores y sus familias. Él es recordado en una manera especial con una cruz de madera que fue levantada en su honor, el 13 de febrero de 1966 al costado izquierdo del Memorial a Joseph Engling en el Centro Internacional de Waukesha, Wisconsin.
Después de la secundaria y un semestre en la Universidad, Gilbert se introdujo en el mundo laboral. Un año y medio de trabajos de oficina lo convenció de que él quería trabajar con sus manos. Se convirtió en un maquinista de una gran fábrica en Milwaukee y era conocido por su gran corazón y firmes convicciones. El los necesitaba cuando había una disputa laboral en la planta Allis-Chalmers donde trabajaba. No podía estar de acuerdo con los jefes cuando querían forzar a los trabajadores a una sumisión ciega. Con un grupo de amigos inició una "Unión Independiente" basada en principios cristianos. Casi le cuesta la vida:
"Una noche cuando habían rentado un salón para discutir las leyes para una nueva Unión Independiente, un grupo de hombres irrumpió en el salón, se apresuraron, voltearon las mesas, sillas, etc. Y empezaron a golpear a los cuatro hombres que organizaban los escritos. Gilbert y sus amigos fueron acorralados por este gran grupo de hombres... Gilbert, también, sufrió severos daños y debió ser hospitalizado".
Gilbert nunca olvidó que sus esfuerzos para un mejor ambiente laboral estaban basados en el mensaje de amor de Cristo.
"Algún tiempo después uno de los hombres de la " banda " se encontró a Gilbert en la calle y se acercó para estrechar su mano. Luego alguien preguntó a Gilbert, Cómo pudiste estrechar la mano del hombre que te golpeó hasta el punto de casi matarte? Gilbert contestó, 'Bueno, si soy caritativo y bueno con el hombre, pronto se dará cuenta de cuan mal estaba'".
Gilbert no era sólo un trabajador, también un esposo y padre. Ambos, él y su esposa Joanna compartían una profunda devoción a María y amor a los sacramentos. Ellos fueron bendecidos con tres hijos, a quienes criaron católicos de la mejor manera que pudieron. En el año Mariano 1954, Gilbert y su esposa se unieron a un apostolado que enviaba rosarios, escapularios y otros ítems a misionarios alrededor del mundo. La idea era ayudar a los misioneros a promover mayor devoción a Nuestro Señor y Su Madre.
Un pedido cambio sus vidas para siempre. A principios de Junio un Padre Palotino pidió folletos de oraciones para el Sagrado Corazón. Los Schimmel los trajeron a la Parroquia de la Sagrada Cruz en Milwaukee. Luego el padre los presentó al Padre Kentenich. La Sra. Schimmel dijo": "Como fuimos tan entusiastas con nuestro trabajo apostólico durante al Año Mariano, le dijimos al Padre Kentenich todo acerca del mismo. Mientras hablábamos, tenía clavado un pensamiento: ' El realmente nos está escuchando'. Al regresar a nuestra casa, ni mi esposo ni yo dijimos mucho en el camino. Cuando paramos en una luz roja, y el carro se detenía, espontáneamente nos miramos el uno al otro y dijimos: 'esto es'..
Los Schimmel empezaron a visitar semanalmente al Padre Kentenich y fueron descubriendo el mundo de Schöenstatt. Descubrieron las gracias que la Madre Tres veces Admirable tiene para ofrecer en el Santuario. Para 1955 ellos formaron el primer grupo de Matrimonios de Schöenstatt en Milwaukee, las Parejas Pioneras. Gilbert fue tocado de una manera especial por Schöenstatt. Su alianza de amor la hizo con el grupo de Parejas Pioneras en Febrero 2 de 1956.
Gilbert peleaba entre lo que significaba ser un buen católico y un buen padre, y debía encontrar la mejor manera de balancear sus deseos de ser un apóstol fuera de su casa, con sus deberes de ser un apóstol como padre. Pasado un año de su alianza de amor, en privado le ofreció su vida a María como un "segundo Joseph Engling para los Estados Unidos".
La MTA pronto aceptaría su ofrecimiento. En 1958 Gilbert se enfermó. Los doctores descubrieron Cáncer en la etapa más avanzada. El Padre Kentenich le dio la noticia, Gilbert la acepto con calma y con una sola lágrima en sus ojos. Cualquier cosa para su Reina de Schöenstatt!
Aun en los últimos meses de su vida, Gilbert estaba preocupado por las necesidades de quienes lo rodeaban. Mediante el requerimiento del superintendente de la Fábrica, Gilbert fue a trabajar aunque era muy poco lo que él podía hacer. El superintendente sintió que valía la pena por la forma en que Gilbert levantaba los ánimos de los trabajadores. Cuando Gilbert no pudo ir más a la fábrica, los trabajadores lo visitaban; pero era el hombre moribundo quien consolaba a los saludables y les daba valor.
Un domingo por la mañana, 15 de febrero de 1959, y rodeado por su familia, Gilbert le regresó su alma al Padre de los Cielos. Sus últimas palabras en tierra fueron, "Ahora, voy a casa".
Desde su muerte, Gilbert Schimmel ha sido una inspiración para trabajadores y sus familias. Él es recordado en una manera especial con una cruz de madera que fue levantada en su honor, el 13 de febrero de 1966 al costado izquierdo del Memorial a Joseph Engling en el Centro Internacional de Waukesha, Wisconsin.
Karl Leisner
- Nació en Alemania el 28 de febrero de 1915. El mayor de 5 hermanos. Amaba la unidad familiar y la oración que hacían unos por otros.
- A los 13 se unió a la Juventud Masculina de Schöenstatt.
- En la Pascua de 1933 sintió el llamado, "Se ha despertado y encendido en mí todo lo sacerdotal y caballeresco que estaba como dormido en lo más hondo de mi ser..." Así decidió seguir su vocación sacerdotal.
- A los 18 años (1934) tuvo un conflicto muy grande, elegir: Ser sacerdote o ser padre de familia
- "Mater, si debo ser sacerdote déjame saberlo y concédeme la gracia para superarme, porque prefiero estar muerto que ser un mal sacerdote. Su obispo dio la respuesta, dirigir a los jóvenes de la Diócesis, estando en el seminario. "Mi Señor con tu bendición, yo acepto el duro trabajo de liderar a los jóvenes, Yo dedicaré toda mi energía a ti, hazme tu instrumento".
- En 1937 le comentó a un muchacho: "Nosotros amamos a Cristo y debemos estar dispuestos a morir por Cristo". Este comentario chocó con el pensamiento de la Gestapo que querían a los jóvenes para Hitler y que estuvieran dispuestos a morir por los nazis. Desde ese momento fue fuertemente vigilado por la Gestapo (Servicio Secreto Nazi).
- Finalizó en el seminario de Muenster 1939. Su ordenación tuvo que ser pospuesta para diciembre pues contrae tuberculosis y es trasladado al hospital de la Selva Negra en junio de 1939.
- A los seis meses, Estando en el hospital ocurrió un atentado contra Hitler.
- Karl hizo el siguiente comentario: "Lamento que Hitler no estuviera presente en el momento que explotó la bomba".
- Por hacer ese comentario Karl fue detenido, arrestado y enviado a prisión.
- Fue enviado al campo de concentración de Dachau por cinco años.
- En 1944 un obispo francés (Gabriel Diguet) fue ingresado en el Campo de concentración. Lo que parecía imposible se realizaría, la esperanza de ordenarse, pero era una carrera contra el tiempo porque su salud estaba muy comprometida debido a la tuberculosis.
- Sus compañeros fabricaron una casulla para Karl en papel, el báculo en madera y la sortija en latón para el Obispo. El 17 de diciembre de 1944 Karl fue ordenado sacerdote a escondidas en Dachau. El prisionero número 22,356 de Hitler, Carlos María Leisner (vencedor en las cadenas "aquel que vendrá, es el vencedor, aunque haya sido encadenado y clavado en la cruz"), celebró en una barraca de Dachau su primera y última misa.
- El 5 de mayo de 1945 es liberado del campo de concentración por los norteamericanos.
- Vivió sus últimos días en un hospital. Estuvo demasiado débil para poder celebrar misa pero no tan débil para poder ofrecer todo a Cristo y por los jóvenes. Falleció el 12 de agosto 1945.
- Fue Beatificado el 23 de junio 1996.
San José
"La figura de San José adquiere una renovada actualidad para nuestro tiempo, en relación con el nuevo milenio cristiano, Que San José sea para todos un maestro singular a la misión de Cristo." Padre J. Kentenich.
El Papa Francisco hizo una reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias del mundo entero: descansar en el Señor en la oración, levantarse con Jesús y Santa María; y ser una voz profética en medio del mundo. …Sobre la primera lección, descansar en el Señor, el Papa dijo que "el descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones que recaen sobre nosotros. Pero el descanso es también esencial para nuestra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide".
"Descansar en la oración es especialmente importante para las familias. Donde primero aprendemos a orar es en la familia. Allí conseguimos conocer a Dios, crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de Dios, la Iglesia. En la familia aprendemos a amar, a perdonar, a ser generosos y abiertos, no cerrados y egoístas. Aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia. Por eso las familias son tan importantes en el plan de Dios sobre la Iglesia".
Sobre la segunda lección, crecer con Jesús y María, el Papa dijo que "del mismo modo que el don de la sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño".
"Las dificultades que hoy pesan sobre la vida familiar son muchas. … La situación económica ha provocado la separación de las familias a causa de la migración y la búsqueda de empleo, y los problemas financieros gravan sobre muchos hogares". El Papa alentó a todos a proteger a las familias y a ser "ejemplo vivo de amor, de perdón y atención. Sed santuarios de respeto a la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. Levantaos con Jesús y María, y seguid el camino que el Señor traza para cada uno de vosotros".
En cuanto a la tercera lección de ser voces proféticas en la sociedad, el Santo Padre dijo que "cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo. El amor de Dios se hace presente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo. Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bautismo"…No escondáis vuestra fe, no escondáis a Jesús, llevadlo al mundo y dad el testimonio de vuestra vida familiar".
San José, el santo de la Buena Muerte
Jesús, que lloró con tanta emoción ante el sepulcro de Lázaro, ¿cómo lloraría al morir su padre, a quien tanto amaba? Y las lágrimas de su esposa María, se unieron a las de su Hijo, porque se les iba el compañero de la peregrinación. Por eso, por el consuelo que tuvo al morir en brazos de su hijo y de su esposa, es el patrono de los agonizantes. Jesús, José y María, asistidnos en nuestra última agonía. Vio la siembra y supo que se acercaba la cosecha, que no pudo ver.
San José, modelo para el varón José nos enseña que la única grandeza consiste en servir a Dios y al prójimo, que la única fecundidad procede de una vida que, desdeñando el brillo y las hazañas pendencieras, se aplica a realizar consciente y amorosamente su deber, por humilde que sea, sin buscar otra compensación que agradar a Dios y someterse a sus designios, no teniendo otro temor que no servir bastante bien. José se nos aparece, pues, como el servidor que Dios conduce fácilmente, como el centurión del Evangelio al que se le dice «Ve», y él va, «Ven», y él viene, «Haz esto», y lo hace.
Los hombres aún no conocían el Padrenuestro y ya José había pronunciado su frase central: «Padre, hágase tu voluntad». Había comprendido que, para los seres creados, la verdadera sabiduría consiste en vivir de acuerdo con su Creador, a semejanza del Hijo de Dios.
Oración a San José por los Sacerdotes
Oh glorioso patriarca San José, padre tutelar de Nuestro Señor Jesucristo, en este día te pido por todos los sacerdotes. El igual que Tú, fueron tomados de entre los hombres para servir a Dios. Ayúdalos a imitar tu gran fe, tu castidad perfecta, tu entrega total al servicio de Dios sin mirar las consecuencias, tú humildad, tú trabajo constante, tú pobreza, tú obediencia, todas tus virtudes y tu sí heroico. Ayúdalos a imitarte a ti y a tu Hijo Jesús en todo. Ayúdalos a ser buenos sacerdotes ante los ojos de Dios, ayúdalos en su soledad y en sus momentos de tentación. Acompáñalos en todos los momentos difíciles de su vida y en sus momentos de alegría también. Defiéndelos de todos los que quieren hacerles algún daño físico o moral, como defendiste a Nuestro Señor Jesucristo, hasta que lleguen al Reino de los cielos.