Los esposos Humberto Díaz e Isabel Botía, quienes fueron participantes del sínodo ordinario de la Familia en el Vaticano en octubre pasado y son miembros de la comisión Nacional para la familia de la Conferencia Episcopal de Colombia, estuvieron de visita en el Santuario de Schoenstatt de Juana Díaz en donde disertaron sobre la defensa de la familia y su rol en la sociedad.
"Dios es el corazón de la familia", subrayaron quienes son directores pastorales de la Fundación hombres y mujeres de futuro.
En su alocución a los presentes, la pareja resaltó la "Amoris laetitia" o la "La alegría del amor", la Exhortación apostólica post-sinodal "sobre el amor en la familia", del Papa Francisco. Contaron que después de tres años de casados enfrentaron su peor crisis matrimonial hasta el punto de considerar la separación. Un episodio que no desmereció el amor que los mantiene unidos por 36 años de matrimonio y 4 hijos.
En un reportaje de Aleteia y que luego lo recalcaron en Schoenstatt, Humberto e Isabel compartieron que recibieron ayuda. "Nos tomamos de la mano para decirnos: tenemos que continuar, no vamos a desfallecer, incluimos a Jesús en nuestro corazón y en nuestra familia. De ahí, tomamos la decisión de ayudar a otras parejas", dicen los esposos. "Llegó ese momento difícil, donde quizás dábamos prioridad a la familia, al trabajo y no a la pareja. Y allí se presentaron las dificultades, pero gracias a Dios, como dice mi esposo, nos tomamos de la mano para salir adelante", dice Isabel Botía con la mirada luminosa.
¿Qué hacer ante una crisis de pareja?
"Primero está Dios sobre todas las cosas, pero acá en la tierra, un secreto fundamental es dar la prioridad a la pareja, el esposo a la esposa y viceversa", explica el matrimonio Díaz-Botía, miembros del Consejo Pontificio para la Familia del Vaticano.
Asimismo, insisten en "reconocer" las "diferencias que enriquecen y dinamizan la relación", pero también considerar "los aspectos que necesitan ser reconciliados y sanados para poder hacer una nueva creación (hombre y mujer de familias diferentes) y formar un nuevo hogar", añadieron.
Así el secreto es abrir el corazón al otro para "revisar la propia historia personal" que puede crear "dificultades para la comunicación y la forma como se están tratando los esposos", recordó Díaz.
La violencia emocional rema contra la familia
De esta manera, la pareja colombiana da testimonio del amor cristiano para superar las dificultades del matrimonio y mantener la armonía familiar a pesar de las dificultades y las contradicciones humanas, entre ellas la violencia emocional que rema contra la unión familiar.
"Hay tendencias, inseguridades personales, rabias internas que de alguna manera son una situación que se cobra al otro. Lo que yo traigo en mi historia lo reflejo en mi relación con el otro y eso genera violencia, no solamente física sino emocional", contó Díaz como resultado de un estudio que involucró a varias parejas en América Latina por encargo del Consejo Pontificio para la Familia del Vaticano.
(Algunas de las expresiones fueron tomadas de Aleteia)