lunes, 16 de febrero de 2015

Compromiso con el matrimonio y la familia

"Todo lo que Uds. logren en beneficio de la familia, mostrará su eficacia más allá de ella, obrará en muchos hombres y al interior de la sociedad. El futuro del mundo y de la Iglesia pasa por la familia" (Juan Pablo II al Movimiento de Schoenstatt)

El trabajo con los matrimonios y las familias - célula germinal de la sociedad - es lo esencial para el Movimiento de Schoenstatt. Diversas iniciativas respaldan y vigorizan las relaciones familiares, en ellas se fortalece cada ser humano y también el conjunto de la sociedad.

En las comunidades familiares de Schoenstatt se desarrollan regularmente seminarios, retiros y diversos encuentros con temas referentes a la educación y el matrimonio. Igualmente se generan espacios que ayuden a cimentar y cultivar las relaciones familiares. Todo esto se complementa con libros, revistas y páginas de Internet (escritos, audiovisuales y testimonios) con temas sobre el matrimonio y la familia.

Matrimonio - una vocación

En Schoenstatt el tiempo previo al matrimonio se inicia con el trabajo de la Juventud. Los jóvenes se ocupan intensamente con temas como descubrimiento y aceptación de sí mismo, identificación del ser (varón o mujer), sexualidad, relaciones y vínculos, y responsabilidad social. Aquí está lo central de Schoenstatt, en el campo de la formación: fortalecer el desarrollo hacia una personalidad madura, que vive con responsabilidad sus relaciones con el mundo que lo rodea. En definitiva se trata de llegar a descubrir, cultivar y formar el matrimonio como una vocación de vida.
La intención es fortalecer el matrimonio y la familia, por medio de la formación de expertos en cuestiones familiares que realizan diversos diplomados schoenstattianos, donde se capacita a los matrimonios para trabajar competentemente en su entorno a fin de revitalizar a las familias.
Los "fortalecimientos matrimoniales", la "Jornadas de a dos", las "charlas hogareñas", las fiestas, misas y peregrinaciones familiares, como también los cursos sobre pedagogía matrimonial y familiar, son medios probados para el fortalecimiento conyugal y familiar. Mediante la "pastoral de la esperanza", la Obra Familiar de Schoenstatt en el Paraguay ofrece acompañamiento y apoyo a los divorciados en segunda unión.

Las misiones familiares

Las misiones familiares tienen un especial atractivo: en ellas se misionan justamente como familia. Se elige el lugar, generalmente un pueblo no muy grande y necesitado. El grupo misionero está constituido por familias: entre 8 y 10 matrimonios con sus hijos y amigos de sus hijos. Esto supone en la práctica que son entre 70 y 90 personas. ¿Dónde radica lo particular de la experiencia?
En que la familia se hace misionera. Padres e hijos trabajan juntos al servicio del Evangelio y de sus hermanos más necesitados.
Naturalmente, el impacto de estas misiones es doble: tanto en las familias que misionan como en el pueblo. Padres e hijos se conocen en un ámbito nunca experimentado: el de evangelizadores, el de servidores de sus hermanos. Esto revela muchas fuerzas ocultas en el matrimonio, en los hijos y en toda la familia. Se trata de una verdadera experiencia "pneumática", la fuerza y el poder de amor del Espíritu actuando en y desde la alianza de amor matrimonial y el amor familiar. Para los lugares misionados también es un impacto, se trata de una experiencia inédita: familias misioneras. Para muchos hogares debilitados, con problemas diversos, ver a padres e hijos trabajar juntos en un servicio de amor les trae una renovación y una esperanza futura.

La Campaña de la Virgen Peregrina al servicio de las familias

La Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina quiere alcanzar a todos los hombres y mujeres, de un modo especial a las familias, para hacer de sus hogares Santuarios, donde María pueda educar y evangelizar. Don João Pozzobon se dirigió con preferencia a los niños, a los más pobres, y quería que la Campaña sirviera "para la salvación de las familias" (Testamento). Aquí hay un acento pastoral estratégico de la Campaña.