"La figura de San José adquiere una renovada actualidad para nuestro tiempo, en relación con el nuevo milenio cristiano, Que San José sea para todos un maestro singular a la misión de Cristo." Padre J. Kentenich.
El Papa Francisco hizo una reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias del mundo entero: descansar en el Señor en la oración, levantarse con Jesús y Santa María; y ser una voz profética en medio del mundo. …Sobre la primera lección, descansar en el Señor, el Papa dijo que "el descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones que recaen sobre nosotros. Pero el descanso es también esencial para nuestra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide".
"Descansar en la oración es especialmente importante para las familias. Donde primero aprendemos a orar es en la familia. Allí conseguimos conocer a Dios, crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de Dios, la Iglesia. En la familia aprendemos a amar, a perdonar, a ser generosos y abiertos, no cerrados y egoístas. Aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia. Por eso las familias son tan importantes en el plan de Dios sobre la Iglesia".
Sobre la segunda lección, crecer con Jesús y María, el Papa dijo que "del mismo modo que el don de la sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño".
"Las dificultades que hoy pesan sobre la vida familiar son muchas. … La situación económica ha provocado la separación de las familias a causa de la migración y la búsqueda de empleo, y los problemas financieros gravan sobre muchos hogares". El Papa alentó a todos a proteger a las familias y a ser "ejemplo vivo de amor, de perdón y atención. Sed santuarios de respeto a la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. Levantaos con Jesús y María, y seguid el camino que el Señor traza para cada uno de vosotros".
En cuanto a la tercera lección de ser voces proféticas en la sociedad, el Santo Padre dijo que "cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo. El amor de Dios se hace presente y operante a través de nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo. Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bautismo"…No escondáis vuestra fe, no escondáis a Jesús, llevadlo al mundo y dad el testimonio de vuestra vida familiar".
San José, el santo de la Buena Muerte
Jesús, que lloró con tanta emoción ante el sepulcro de Lázaro, ¿cómo lloraría al morir su padre, a quien tanto amaba? Y las lágrimas de su esposa María, se unieron a las de su Hijo, porque se les iba el compañero de la peregrinación. Por eso, por el consuelo que tuvo al morir en brazos de su hijo y de su esposa, es el patrono de los agonizantes. Jesús, José y María, asistidnos en nuestra última agonía. Vio la siembra y supo que se acercaba la cosecha, que no pudo ver.
San José, modelo para el varón José nos enseña que la única grandeza consiste en servir a Dios y al prójimo, que la única fecundidad procede de una vida que, desdeñando el brillo y las hazañas pendencieras, se aplica a realizar consciente y amorosamente su deber, por humilde que sea, sin buscar otra compensación que agradar a Dios y someterse a sus designios, no teniendo otro temor que no servir bastante bien. José se nos aparece, pues, como el servidor que Dios conduce fácilmente, como el centurión del Evangelio al que se le dice «Ve», y él va, «Ven», y él viene, «Haz esto», y lo hace.
Los hombres aún no conocían el Padrenuestro y ya José había pronunciado su frase central: «Padre, hágase tu voluntad». Había comprendido que, para los seres creados, la verdadera sabiduría consiste en vivir de acuerdo con su Creador, a semejanza del Hijo de Dios.
Oración a San José por los Sacerdotes
Oh glorioso patriarca San José, padre tutelar de Nuestro Señor Jesucristo, en este día te pido por todos los sacerdotes. El igual que Tú, fueron tomados de entre los hombres para servir a Dios. Ayúdalos a imitar tu gran fe, tu castidad perfecta, tu entrega total al servicio de Dios sin mirar las consecuencias, tú humildad, tú trabajo constante, tú pobreza, tú obediencia, todas tus virtudes y tu sí heroico. Ayúdalos a imitarte a ti y a tu Hijo Jesús en todo. Ayúdalos a ser buenos sacerdotes ante los ojos de Dios, ayúdalos en su soledad y en sus momentos de tentación. Acompáñalos en todos los momentos difíciles de su vida y en sus momentos de alegría también. Defiéndelos de todos los que quieren hacerles algún daño físico o moral, como defendiste a Nuestro Señor Jesucristo, hasta que lleguen al Reino de los cielos.