lunes, 8 de agosto de 2016

Padre Franz Reinisch

Es el único sacerdote católico ejecutado en tiempos del "Tercer Reich". Como una decisión sobre una cuestión de conciencia, luego de haber sido reclutado por el ejército, se negó a jurar lealtad a Hitler. Fue encarcelado, sentenciado a muerte y decapitado el 21 de agosto de 1942.

"Apostol de Schoenstatt en vida y muerte"

El Padre Reinisch, sacerdote pallotino nacido en Austria, tuvo su primera experiencia personal de Schoenstatt el día en que los restos mortales de los congregantes héroes, los primeros schoenstattianos que perdieron su vida en la Primera Guerra Mundial, fueron repatriados de Francia a Schoenstatt en 1934. Trabajó activamente en el Movimiento de Schoenstatt, especialmente con las ramas masculinas. Su decisión de negarse a jurar lealtad lo enfrentó con el dilema de todo cristiano radical - su decisión implicaba perder la vida y él lo sabía; causando dolor a sus padres, familiares, comunidad. También ponía en peligro a Schoenstatt y su propia comunidad pallotina y pondría en tela de juicio a cada uno de los otros sacerdotes y cristianos que habían prestado juramento.
Aun así, como resultado de muchas luchas interiores, Reinisch se sintió llamado a cumplir con su vocación especial y dar ejemplo de fidelidad a su conciencia e Ideal Personal en un asunto de vida o muerte.
Bajo la protección de María comenzó a ponerla en práctica: jamás jurará fidelidad a Hitler. Se presenta intencionadamente con un día de retraso al cuartel. Todos intentan disuadirle de su actitud, ya que muchísimos sacerdotes han prestado anteriormente su juramento a la bandera. El Padre Reinisch se da cuenta de que su posición no coincide con la actitud asumida por representantes de la Iglesia.
En prisión pasa horas terribles en que lo asaltan serias dudas de conciencia; tampoco faltan el miedo y la angustia frente a la muerte. La Santísima Virgen no le abandona en esas circunstancias y él lucha por la santidad en esos días llevando a cabo su horario espiritual. Así, reformuló su ideal personal: "Quiero vivir y morir en ardiente amor, como un apóstol de Schoenstatt".
 En esos días la Iglesia entra en una lucha decisiva, de esta batalla debe surgir una comunidad acrisolada, férreamente unida y compuesta de personalidades purificadas en duras pruebas. El Padre Reinisch quiere cooperar en esta tarea de salvar la personalidad. Se da cuenta que esa es la misión que le ha encomendado la Mater, coloca su vida en sus manos como una ofrenda para la renovación de la personalidad y del mundo en Cristo. Él sabe que de este modo contribuye a que Dios haga surgir grandes santos en la Iglesia.
 "Mi sacrificio de vida debe ser un gran cántico a la dignidad del hombre: libertad interior, madurando hasta la libertad de los hijos de Dios".
 Fue sentenciado a muerte y decapitado el 21 de Agosto de 1942.

 El Padre Reinisch nos llama a luchar:
 "¡Obra siempre según la voluntad de Dios y nada más que según ella! Esa voluntad te la da a conocer la voz de tu conciencia, formada según los eternos principios católicos. ¡Sé una personalidad libre y fuerte! ¡Inconmovible como las montañas de mi patria!
     "Reina de todos los tiempos
      Vence la tempestad
      Mata el engendro del diablo
     Tú vencedora real
     Hazme un apóstol de Schoenstatt
     Cual caballero estaré
     y moriré sonriendo, querida MTA"*
                                 (oración P.Reinisch)
*MTA (Madre Tres Veces Admirable)

En 1943 el Santo Padre Pío XII reconoce a Franz Reinisch como "Mártir de la Conciencia".

En los 20 años de la beatificación de Karl Leisner

  El 23 del pasado mes de junio, se cumplieron 20 años desde que el Papa Juan Pablo II beatificara a Karl Leisner en el estadio Olympia de Berlín. Ese día, nos confiesa Mons. Dr. Peter Wolf, Rector General del Instituto de Sacerdote Diocesanos de Schoenstatt. Yo estuve en el estadio y recuerdo perfectamente cómo, al comienzo de la celebración, el Obispo de Münster presentó a Karl con mucho compromiso y entusiasmo, desviándose ostensiblemente del protocolo. 
En su homilía el Santo Padre citó textos del diario de Karl y mencionó su relación con Schoenstatt: "Aun antes de estar prisionero en Dachau, ya había desarrollado una profunda veneración mariana, la que había sido inspirada por el P. Kentenich y el Movimiento de Schoenstatt. La audacia de su fe y su entusiasmo por Cristo deben convertirse en impulso y ejemplo, sobre todo para los jóvenes que viven en un entorno que se caracteriza, en gran medida, por una carencia de fe y una indiferencia".
Guitarra y Hostia Sacerdotal
En el contexto de su beatificación, el curso Uniti Patri tomó la iniciativa de hacer presente al nuevo beato en nuestro Santuario de Moriah. Antes de su beatificación, siempre habíamos tenido en la capilla de Dachau la conocida foto con el suéter del campo de concentración. Lo que impulsaba a estos hermanos era la pregunta acerca de cómo será representado el beato Karl Leisner en el futuro. La iconografía cristiana conoce desde hace siglos la adscripción de determinados atributos a los santos, en los cuales pueden ser reconocidos. Mediante esta representación, los hermanos de este curso querían entregar una proposición para el futuro.
Durante la discusión surgieron dos atributos que se adecúan magníficamente a Karl y a su vida: la guitarra y la hostia sacerdotal. Ya en su juventud y también como estudiante de teología, Karl dirigió grupos y organizó campamentos por muchos años y con un gran entusiasmo. Era capaz de entusiasmar y de atraer a otros, lo que lo colocó en la mira de la Gestapo. Su guitarra era tan importante para él, que incluso hizo que le enviaran una al campo de concentración, para poder animar con ella a los enfermos y prisioneros. La Hostia Sacerdotal en sus manos representa su amor y entusiasmo por Cristo. Por muchos años soñó con ser sacerdote y luchó por su vocación. En el campo de concentración se cumplió su anhelo. Por medio del Obispo Gabriel Piguet, también prisionero, fue posible su ordenación sacerdotal.
Vencedor Encadenado
En la escultura en bronce del artista Johannes Potzler, de München, se representan, además, otros dos motivos, que permiten ver a Karl en su vinculación con Schoenstatt. En primer lugar, en la parte superior de la obra se encuentra la inscripción: VICTOR IN VINCULIS. Corresponde al ideal del grupo schoenstattiano al cual Karl pertenecía desde 1943 en el campo de concentración. Estas palabras también se podían leer en el báculo para el Obispo, que fue tallado para la ordenación en el campo de concentración, y que el Papa sostuvo en su mano durante la beatificación. A la izquierda de la escultura en bronce se encuentra el nombre de nuestro nuevo beato. El artista talló a propósito este nombre con la escritura de Karl. Así, su nombre aparece como una firma sobre una hoja en blanco. Esto recuerda el poder en blanco que su grupo schoenstattiano del seminario en Münster había realizado de esta forma, en el Santuario Original en Schoenstatt. Karl siempre comprendió su arresto y su estar prisionero en el contexto de este "cheque en blanco" frente a la Santísima Virgen. Esto es para mí un signo elocuente de que Karl Leisner llegó a ser beato fundamentalmente a partir de la espiritualidad schoenstattiana. 
Que este aniversario de su beatificación sea para nosotros una invitación a esforzarnos constantemente por esta predisposición y donación total, de la cual vivía nuestro beato Karl Leisner.

Obispo de Ponce comparte con la Familia y peregrinos en Schoenstatt

Nos visitó el Obispo

Con el corazón lleno de alegría, nuestra Familia de Schoenstatt acogió en este lugar de gracias al Señor Obispo Rubén Antonio González Medina, MCF.   Ha sido un domingo de grandes bendiciones para los miembros de la Familia y todos los peregrinos.
Ya el sábado por la tarde se nos dio una señal del Cielo, a las tres de la tarde, hora de la Misericordia, se dejó ver en todo su esplendor un gran arcoíris.  Viene a ser la confirmación de la mirada amorosa de Dios y de la protección amorosa de la Madre Tres veces Admirable Reina y Vencedora de Schoenstatt.

Con la energía contagiosa que caracteriza a nuestro Padre Obispo, la celebración de la Eucarística nos renovó todos en la alegría, la fe y el amor. En la homilía nos invitó a reflexionar sobre los regalos que recibimos de Cristo: -Libertad, -Salvación, -Esperanza, - Amor.   En torno a ellos nos enseñó, nos invitó a rezar y, por supuesto, todos cantamos.

A la Familia de Schoenstatt nos invito a renovar constantemente nuestro amor a Dios a la Virgen y a los hermanos.

La lluvia nos acompañó durante la celebración, por lo cual participamos más unidos que de costumbre, otro gesto de la grande benevolencia de Dios para con nosotros sus hijos.
Concluida la celebración, nuestro Padre y Pastor permaneció cerca de dos horas más con nosotros para compartir lo que con tanta generosidad muchos aportaron.

Agradecer es propio de todo aquel que sabe recibir con amor, ha dicho el gran sabio.  Queremos agradecer de todo corazón a Dios por su amor, a la Virgen por su protección e intercesión, al Obispo por su ser de Pastor, al equipo de trabajo por sus grandes esfuerzos, a los que aportaron por su generosidad y a todos por sus oraciones. 

Que Dios nos bendiga a todos, la Madre Tres Veces Admirable con el P. Fundador José Kentenich y todos los Santos Schoenstattianos antecedan por nosotros.


                                            
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